Por definición, el Tercer Sector rompe los esquemas establecidos durante décadas, las divisiones rígidas entre lo público y lo privado. Quizá precisamente ese carácter innovador que trascendía los silos es lo que ha hecho que fuera casi invisible, pese a su importancia y peso en la sociedad española, sobre todo en momentos especialmente difíciles, como lo ha sido la reciente crisis provocada por el coronavirus.
El informe El Tercer Sector de Acción Social en España 2021: Respuesta y resiliencia durante la pandemia –elaborado por la Plataforma de ONG de Acción Social y financiado por el ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030– ha diseccionado precisamente la situación en la que se encuentra ahora mismo el sector en nuestro país, haciendo una radiografía precisa de lo que la pandemia ha supuesto para los centenares de entidades que lo conforman y trazando los principales objetivos a alcanzar durante los próximos años.
Cumplir con su misión en tiempos de crisis
La crisis sanitaria y económica desencadenada por la covid-19 afectó a todos los sectores, también a las organizaciones del TSAS. En concreto, el 78,1% de las entidades han tenido algún tipo de dificultad para cumplir su misión en comparación con la situación prepandémica, y casi la mitad de ellas consideran que esas dificultades han sido muchas o especialmente graves. Sobre todo, como es lógico, este periodo ha sido especialmente complicado para las entidades de menor tamaño, que han experimentado mayores obstáculos para cumplir su misión.
Debido a esas dificultades, gran parte de las organizaciones han tenido que hacer cambios en ella de manera más acusada –el 26,2% han reformulado bastante o mucho su misión– o menos –el 19,6%–. De nuevo, también son las organizaciones con menor margen presupuestario las que más han tenido que adaptarse a la nueva realidad para surfear la crisis. Sin embargo, pese a todo, las organizaciones consideran que han sido capaces de adaptarse a la crítica situación sobrevenida, poniéndose una nota de un 8,6 sobre 10.
Durante ese periodo, las acciones llevadas a cabo con mayor intensidad fueron sobre todo aquellas relativas a las personas. Casi un 11% de las entidades comenzaron a realizar programas de emergencia social y asistencial y un 27% de las entidades han dejado de realizar captación de voluntariado y más de un 15% dejaron de realizar la captación de donaciones particulares, sensibilización social
Personas que atienden a personas
Aunque el confinamiento y la posterior desescalada supuso la reducción de las personas atendidas –más de la mitad de las organizaciones minimizó el número de beneficiarios– la posterior situación de crisis económica ha hecho que aumenten las personas con necesidades que requieren la atención de las entidades del Tercer Sector, y se prevé que la tendencia siga en aumento. Así, durante el pasado 2021, el 34% de ellas ha declarado que atiende a más personas que antes que el coronavirus irrumpiera en nuestras vidas. La inmensa mayoría de ellas piensan, además, que en el próximo año su actividad será igual o mayor.
Además de en las personas atendidas, la pandemia también ha afectado a las personas que trabajan en el Tercer Sector y aquellas que colaboran de forma voluntaria. Mientras que el número de trabajadores se ha mantenido en gran parte de las organizaciones –un 86,6% de las entidades cuentan con el mismo o mayor número de empleados que antes de la pandemia, gracias en parte por las medidas de flexibilización del trabajo–, el número de personas que colaboran de forma altruista ha descendido de forma notable, y la vuelta a la normalidad está siendo más lento de lo esperado.
Según el informe, un 45,5% de entidades vio reducido su voluntariado en la fase de confinamiento, un 41,7% en el segundo semestre de 2020 y un 35,2% durante el año 2021. El año pasado, un 54% de las entidades declaraban contar con el mismo número de personas voluntarias que antes de la pandemia y el 16% declaraba contar con más personal voluntario, mientras que el 30% han perdido a parte de su voluntariado con respecto a los números previos a marzo de 2020.
Financiación para el cambio de sistema
La crisis, como en otros sectores, también ha recortado las arcas de las empresas del Tercer Sector, y las perspectivas de recuperación no son especialmente positivas si no se pone remedio a esta situación. Más de la mitad de entidades (52,6%) han visto reducidos sus ingresos, pero la situación entre las plataformas de distintos tamaños es, una vez más, muy diferente y desigual en función del tamaño y volumen de facturación de las organizaciones. Las entidades con menos de 300.000 euros de presupuesto anual son las que en mayor porcentaje han visto reducidos sus ingresos (por lo menos, un 56%) y en menor porcentaje los han visto incrementados. Mientras que más del 68,3% de las entidades con presupuestos superiores a 300 mil euros se han mantenido o han incrementado sus ingresos.
En su mirada al futuro en el ámbito financiero, las perspectivas de las organizaciones son ligeramente más negativas que positivas: las entidades que consideran que aumentarán los ingresos totales en los próximos doce meses (29,2%) son menos que las que creen que disminuirán (36,3%). Eso sí, aunque no se tenga demasiada confianza en que el próximo año aumenten los ingresos, las entidades consideran que las mayores probabilidades de aumento vendrán por la financiación pública (22,2%) frente a la propia (19,6%) y la privada (16,2%).
Trabajar y comprometerse para que estas predicciones no se cumplan es uno de los objetivos primordiales de las plataformas del Tercer Sector, que siguen trabajando para llegar cada día más y de una mejor forma a los beneficiarios para seguir contribuyendo a una sociedad más justa, sostenible e igualitaria.
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