La acción social en España se celebra todos los días (o debería)

El año 2022 fue un año decisivo para el sector social, el Consejo de Ministros aprobó el Acuerdo por el que se establece el día 9 de octubre como Día Nacional del Tercer Sector de Acción Social. Este anuncio es un primer paso para reconocer y visibilizar con orgullo ante el conjunto de la sociedad la labor que las entidades del Tercer Sector realizan en nuestro país.

Os invitamos a una reflexión sobre el presente y el futuro de la acción social en un entorno cambiante, así como la imperante necesidad de considerar a las empresas como aliados estratégicos para asumir el reto colectivo de regenerar la sociedad mirando hacia el futuro.

¿Qué rol está desarrollando actualmente el Tercer Sector? ¿Cuál es su peso en España?

En la actualidad, El Tercer Sector es imprescindible, actúa donde es más necesario socialmente. Un actor clave en el desarrollo social y económico de nuestro país que canaliza cada vez más la estructuración y solución de las crecientes demandas e iniciativas de la sociedad civil, que de otra manera estarían en riesgo de no ser satisfechas.  

El estudio ‘Barómetro del Tercer Sector de Acción Social en España 2022’ de la Plataforma de ONG remarca su relevancia económica en España, que alcanza el 1,4% del cálculo total del PIB anual, lo que equivale a un total de 17.500 millones de euros en ingresos de todas las entidades. El sector cuenta con una estructura sólida de empleados que supone el 3,2% de las personas contratadas en España (528.000 en total) que trabajan cada día para dar respuesta a las demandas de la sociedad.

Este empleo es mayoritariamente cualificado, ya que 7 de cada 10 trabajadores poseen estudios superiores, y además predomina la presencia de mujeres en todos los estratos, con especial mención a que el 60% de los puestos directivos y de responsabilidad son ocupados por mujeres frente al 30% del sector empresarial. Por otra parte, se trata de un empleo con altas cuotas de temporalidad y de contratos a jornada parcial.

Las personas voluntarias también son una parte muy importante de todo el impacto social, en la actualidad representan el 8,2% de la población, es decir 3,3 millones de personas, según se desprende del último informe de ‘La Acción Voluntaria en 2022’ del Observatorio del Voluntariado publicado por la Plataforma del Voluntariado de España (PVE). Entre las conclusiones, destaca la feminización del voluntariado al pasar del 54% de mujeres y 46% de hombres en 2021, al 56% de mujeres y el 44% de hombres en este 2022. El leve incremento se observa en todas las franjas de edad, pero se acentúa entre la población menor de 25 años.

En cuanto a la financiación, los datos que ha ofrecido el Barómetro explican que actualmente, y a diferencia de estudios anteriores, la mayoría de las entidades recurren ya a la obtención propia de recursos económicos en un 77,4 % de los casos. Esto produce un fenómeno novedoso pues superan a aquellas que recurren a la financiación pública y privada, que suponen el 73% y el 67,8% respectivamente.

Por último, el gran peso que supone el Tercer Sector en España también se refleja en las casi 30.000 entidades que conforman el sector, según los datos del informe ‘Radiografía del Tercer Sector Social en España: retos y oportunidades en un entorno cambiante’ elaborado por la Fundación PwC, llegando cerca de los 48 millones de atenciones directas en 4 campos de intervención: acción social, atención sociosanitaria, integración e inserción y cooperación internacional (Barómetro del Tercer Sector 2022)

¿Qué se espera del Tercer Sector en el futuro?

Según los resultados de la encuesta ‘Rol del Tercer Sector, un sector en evolución. La transformación de las entidades sociales’ realizado durante el curso 2020-2021 dentro del Programa Esade PwC de Liderazgo Social, los elementos más valorados de las entidades sociales son, fundamentalmente, que trabaje en causas y problemáticas vinculadas a la realidad; que transmita confianza y sea transparente con su información; y que sea eficiente y consiga resultados.

En el futuro, las entidades sociales deberían tener unos perfiles de:

  • Asistencia y Empoderamiento (Presentar servicios sociales, atención a colectivos en riesgo)
  • Enfoque de derechos e Incidencia política (Campañas de sensibilización a la sociedad, e incidencia a administraciones, empresas, etc.)
  • Pioneros e Innovación social (Ofrecer nuevas soluciones disruptivas a problemas sociales. Iniciativas conjuntas con otros agentes, cambio sistémico).

Existe un gap muy notable entre lo que el sector social está haciendo actualmente (sobre todo asistencia directa (89%); seguido de empoderamiento y capacitación de colectivos vulnerables (47%), y formación y sensibilización (35%) y lo que considera que debería hacer (trabajo sistémico (80%) y generación de nuevas soluciones disruptivas (49%)). Se puede apreciar que el Tercer Sector está tratando de dar una respuesta de carácter estratégico a los cambios que trae consigo el nuevo contexto.

Cabe destacar de la encuesta que las cuestiones que aparecen como prioritarias para desarrollar en un futuro cercano por parte de las entidades son: poner más esfuerzos en marketing y fundrasing digital; aumentar la capacidad de movilización social, y la adopción de principios de gestión ágil.

Los expertos de Esade también destacan que los retos más apremiantes dentro del sector son, por orden de importancia: conseguir la sostenibilidad económica y la financiación necesaria; medir y comunicar mejor el impacto social; la adaptación tecnológica y mejorar la calidad de los servicios ofrecidos, haciendo frente al incremento de la demanda. Para poder atenderla de forma coordinada y eficiente, las entidades sociales requieren una visión de contexto global amplio y deben promover colaboraciones intersectoriales efectivas y transformadoras.

La colaboración con el sector privado, más necesaria que nunca

Las brechas sociales se han hecho más profundas, incrementándose las demandas sociales atendidas por el Tercer Sector, que tiene que hacer frente a una situación inédita. Los últimos datos del informe ‘El Estado de la Pobreza’ de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) destacan que existen en España 13,1 millones de personas víctimas de la pobreza o exclusión social, lo que representa el 27,8% de la población española. Es una cifra que ha aumentado en los últimos años debido al actual contexto de crisis (social, medioambiental y geopolítica) que generan una mayor incertidumbre social.

Ante un contexto de especial dificultad como el actual, el Tercer Sector debe adaptarse y transformarse, apostando por la innovación social de la mano de otros agentes y sectores. De momento, este cambio más disruptivo se está produciendo en las entidades mayores en tamaño.

Pero en general, el Tercer Sector está experimentando sinergias con el sector empresarial que aportan valor y beneficio a ambas partes; y la Administración Pública, contando con su apoyo para el desarrollo de un marco regulador actualizado y adecuado a sus necesidades presentes.

Esta última encuesta de Esade destaca que, aunque el volumen de colaboración con las administraciones es alto, el nivel de satisfacción de las organizaciones al respecto de estas colaboraciones es bajo. En lo que coinciden la mayoría de las entidades, 8 de cada 10, es en la necesidad de considerar a las empresas privadas de cara a futuro como aliadas en materia de estratégica.

Un cambio de mentalidad en las empresas para sumarse al impacto social

En los últimos años se ha desarrollado una nueva mirada de la empresa hacia los retos y desafíos sociales característicos del contexto español tales como: el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de los hogares o el riesgo de pobreza.

Muchos empresarios y empresarias están entendiendo el rol y responsabilidad que tienen en la construcción de sociedades más justas, igualitarias y sostenibles: un 88% de las personas encuestadas procedentes del ámbito empresarial están en desacuerdo con la siguiente afirmación: “Aunque algunos de los retos anteriores nos afectan o impactan, no es nuestra responsabilidad, desde el sector empresarial, trabajar activamente sobre los mismos”. (Encuesta Programa Esade PwC de