Aunque parezca que queda un camino largo por recorrer, el tejido empresarial cada vez es más consciente de la importancia de reforzar su compromiso social: en el contexto de crisis múltiples que habitamos, el éxito no solo se mide en términos económicos, sino también por su impacto en la ciudadanía y en el medio ambiente.
Ese fue el principal tema abordado en Casilla Empresa Solidaria: más cerca del triple impacto, un encuentro de voces expertas impulsado por la Plataforma del Tercer Sector y celebrado en la Cámara de Comercio de Madrid. En él, se abordó la necesidad de buscar un equilibrio entre el cuidado del planeta y la riqueza para las empresas y la sociedad. La propia Casilla Empresa Solidaria es un ejemplo de los avances que ya se están produciendo: esta herramienta, nacida en 2018 en la Ley de Presupuestos Generales del Estado e impulsada por la Plataforma del Tercer Sector, se presenta como una oportunidad que tienen las empresas que pagan el Impuesto de Sociedades de destinar el 0,7 % de su tributación a financiar proyectos sociales. Todo ello, a coste cero.
«Es una posibilidad para que el tejido empresarial haga valer su dimensión social. Las empresas generan riqueza, valor y empleo y por lo tanto están contribuyendo a esa sociedad más justa para avanzar hacia un futuro mejor, más resiliente y solidario que tenemos que construir entre todos», introducía Marina Serrano, vicepresidenta de la Fundación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Regeneración justa, un reto compartido
Hablar de futuro más equitativo, inclusivo y sostenible es hablar hoy de regeneración social, como subraya Marta González-Moro, CEO de 21gramos, impulsora de Marcas con Valores y moderadora del encuentro. Construir una sociedad más humana requiere de una colaboración estrecha, de un relato y unos objetivos comunes en los que la Plataforma del Tercer Sector, como agente de impacto real, tiene mucho que decir.
En este camino de alianzas, la Casilla Empresa Solidaria se convierte en el engranaje de ambos actores y en la vía más efectiva para que las empresas se involucren en la transformación social. «Desde su creación, ha servido para impulsar la financiación de proyectos sociales que mejoran la vida de millones de personas», afirma Luciano Poyato, presidente de la Plataforma del Tercer Sector.
«Es un mecanismo de relación con el ámbito empresarial que nos hace descubrir que no somos las únicas organizaciones que tenemos la llave del ámbito propositivo para solucionar las desigualdades en este país. Evidentemente, hay una responsabilidad de las administraciones públicas, pero también de quienes generan empleo en este país, de quienes aportan al PIB», subraya Poyato.
Además, el presidente de la PTS considera que el Tercer Sector se encuentra en un momento clave para trabajar de forma conjunta con el ámbito empresarial y aprender acerca de cuestiones como la escala de gestión, los procesos de producción y la integración de normas de calidad. A su vez, las compañías pueden beneficiarse de tender puentes con las organizaciones sociales para conocer mejor los problemas de la ciudadanía y apostar realmente por el triple impacto.
El poder de la transformación social competitiva
El rigor es necesario para entender y medir las brechas sociales, pero también para sentir las desigualdades. Prueba de ello es la frase con la que González-Moro daba paso a Begoña Gómez, directora de la Cátedra de Transformación Social Competitiva: en sociedades fracasadas no puede haber empresas exitosas.
«El 0,7% es algo más que una aportación económica, es hablar de progreso. Tenemos que alinearnos con el sector público, privado, el Tercer Sector y la sociedad en general», explica Gómez. Desde la Cátedra hablan de alianzas por valor y en este caso es lo que representa el 0,7%: un puente que vincula al Tercer Sector con el sector privado para hacer exponencial el impacto.
Para ella, el éxito y el reto de esta campaña radica en poner el foco en las PYMES. «Muchas veces hablamos del sector privado y nos quedamos con las grandes empresas, pero se tendría que incidir hoy en las PYMES porque son el 99,8% de nuestro tejido empresarial, impulsando el 76% de nuestro empleo y contribuyendo en un 64% al valor añadido», sostiene.
Sin embargo, la Casilla Empresa Solidaria no está siendo ni conocida ni reconocida por todo este tejido de PYMES, que son más de tres millones en España y que son un enorme tractor de transformación del país. Según el estudio Contribución de las medianas empresas al desarrollo sostenible, elaborado por la Cátedra de Transformación Competitiva junto a la Fundación KPMG y la Cámara de Comercio, el 85% de las PYMES quiere apoyar el impacto social por encima del medioambiental, pero no saben cómo generar impacto ni con quién: menos del 30 % sabe comunicar el impacto que genera.
En un momento en el que tanto las grandes como pequeñas organizaciones empresariales buscan tener impacto porque tanto el mercado como los consumidores se lo piden, iniciativas como el Sello Empresa Solidaria –que certifica el compromiso social de las empresas que marcan la Casilla y da trazabilidad a la ciudadanía –pueden ayudar a hacerlo realidad. «No es incompatible hacerlo bien y hacer el bien; no es incompatible tener buenos resultados económicos y generar un buen impacto social que mejora el entorno», concluye la experta.
La asesoría fiscal, clave en el éxito de la Casilla Empresa Solidaria
Pasar de los hechos a la acción es lo que precisamente, Luis Martín Lara, CEO de CE Consulting, está haciendo desde la dirección de una consultora especializada en pequeñas y medianas empresas, poniendo en valor «el papel clave que juegan las asesorías fiscales en impulsar el proceso de la Casilla Empresa Solidaria sobre todo en las empresas de menor tamaño que suelen estar más alejadas de proyectos con criterios ASG o de iniciativas como esta».
Como embajadora de la Casilla Empresa Solidaria, CE Consulting se ha sumado este año a la realización del estudio El impacto de las empresas para regenerar el bienestar social, impulsado por la Plataforma del Tercer Sector para activar a toda una red de asesorías y sus clientes tras el gran desconocimiento detectado de la existencia de la Casilla Empresa Solidaria por parte de empresas, gestores e instituciones debido también a la confusión de la misma con la X Solidaria del IRPF: solo 4 de cada 10 empresas encuestadas conocen esta opción en el Impuesto de Sociedades; sin embargo, el 98 % de las empresas encuestadas, tanto las que conocen la Casilla como las que no, recomendaría a otras organizaciones sumarse a esta campaña.
El experto fiscal asegura que a medida que las empresas son más grandes y tienen más interiorizadas estrategias de inversión socialmente sostenibles, el conocimiento de la Casilla es mucho mayor: de hecho, el 73% de la recaudación a través de la Casilla está concentrado en las empresas de más de 500 millones de euros de facturación. «En el tramo inferior de facturación (empresas hasta 100.000€), sólo la marcan un 1,8%; las empresas que facturan entre 500 millones de euros y mil millones de euros la están marcando en un 20%, y las de más de mil millones de euros de facturación la marcan en un 39%», expone Martín Lara.
Una vía para multiplicar la solidaridad corporativa
«La sociedad española ha sufrido un cambio importantísimo en las últimas tres décadas. Hemos pasado de ser prácticamente los privilegiados a tener que compartir ese privilegio con una buena parte del mundo», asegura Miguel Ángel García, coordinador de la Fundación CEOE, organismo que representa la voz del tejido empresarial en España.
Para él, estos cambios disruptivos de las últimas tres décadas explican la policrisis actual y la configuración de una sociedad diferente en la que una parte de la población no tiene las mismas oportunidades, un colectivo vulnerable del que todo el mundo puede formar parte. Como agentes generadores de empleo y riqueza, las empresas pueden mejorar la situación de esas personas. «Herramientas como la Casilla Empresa Solidaria ayudan a abrir un proceso de redistribución de renta desde un lugar a otro para ocupar esos espacios que ni el primer ni el segundo sector están ocupando, contribuyendo a fomentar la integración social», afirma Miguel Ángel.
Comunicar para multiplicar el impacto
Además de generar un impacto positivo marcando la Casilla, las grandes empresas que la conocen pueden generar un doble beneficio en la sociedad contando que lo hacen para animar a otras empresas a que lo hagan y para combatir ese desconocimiento, sobre todo en las PYMES.
«Es igual de valioso que se sume una multinacional como las pequeñas y medianas empresas. Necesitamos la suma de todos en este proyecto, ya que nos jugamos el estado de bienestar en términos sociales y no tiene ningún coste en términos económicos. Es la oportunidad para que realmente los recursos viajen a donde realmente son necesarios», pone de manifiesto María Cid, directora de Fundación Solidaridad Carrefour, una de las primeras empresas en apoyar la Casilla desde sus inicios.
Pablo Buxens, director general de LB Oprent, es el ejemplo perfecto de cómo solamente conocer la Casilla Empresa Solidaria es el primer paso para el cambio. Hasta unos días antes del Foro, ni él ni nadie en su PYME conocía esta iniciativa.
Como mucha gente, conocía la X Solidaria del IRPF, pero no tenía constancia de la existencia de su equivalente en el Impuesto de Sociedades hasta ahora. Como director de una empresa pequeña, Buxens reconoce que durante el día es necesario tomar tantas decisiones importantes que a veces es complicado conocer este tipo de cuestiones. «El 0,7% es lo último que se te ocurre cuando tu prioridad está en vender para poder pagar a ese empleado adicional», cuenta. Para involucrar más a empresas como la suya, el empresario subraya la importancia de la trazabilidad de cada euro recaudado, para que las empresas puedan conocer y alinearse con las causas que más encajen con sus valores.
Empresas implicadas para construir sociedades mejores
Las letras ASG están cada vez más presentes en los medios económicos y en las conversaciones financieras. En una sociedad convencida cada vez más de la importancia de las políticas ambientales y con unas empresas trabajando para mejorar su gobernanza, las organizaciones sociales reclaman más avances en la ‘s’.
Un ejemplo del trabajo en ese campo es la Fundación ONCE, que desarrolla proyectos en alianza con las entidades sociales de la Plataforma del Tercer Sector y representa ese puente que une a más de 300.000 personas con todo tipo de discapacidad y con mucho talento que buscan empleo y necesitan el apoyo de las empresas para su inserción laboral.
«Hay que ponérselo fácil a las empresas, acercando nuestro conocimiento social y poniéndoles cara a todos estos proyectos», insiste Mar Medeiros, directora de Empresas, Alianzas Estratégicas y RSC- D de Inserta Empleo/Fundación ONCE. En el año 2022 más de 12.600 personas encontraron un empleo en una empresa con una oferta gestionada por ellos, una cifra que, como reconoce Medeiros, no habría sido posible sin empresas que dieran oportunidades a un talento diverso.
Todo camino empieza con un paso
En la era de la incertidumbre, crear puentes entre distintos organismos ayuda a reducirla: el camino se hace mejor cuando vas en compañía de otros. Con el horizonte de una sociedad más justa, generar impacto positivo merece la pena para seguir avanzando y que nuestro país lidere la transformación social en Europa. «Somos conscientes de que en España la mayoría de las empresas son PYMES y autónomos. Deben tener confianza en el trabajo del Tercer Sector, que realiza más de 47 millones de atenciones directas al año y también crea empleo, dando trabajo a más de 526.000 personas en nuestras organizaciones», con estas palabras cerraba el encuentro Paquita Sauquillo, vocal de comunicación de la Plataforma del Tercer Sector.
La Casilla Empresa Solidaria es solo el primer paso hacia una mayor implicación de las empresas en la transformación social. Y aunque es una iniciativa valiosa, todavía podemos mejorar como sociedad: necesitamos fortalecer y promover esta herramienta, garantizando que las empresas estén plenamente informadas sobre su existencia y los beneficios que conlleva. Con espacios como este, se dan pasos decididos para conseguirlo.